Ya huele a verano
Dicen que las mejores cosas de la vida pasan por casualidad. Dicen. Pero yo no estoy de acuerdo. No creo en la serendipia por mucho que me encante la palabra, pero sí en la suerte y en el destino. Todo pasa por alguna razón. Está escrito en las estrellas, en las cartas…nuestro lugar en este universo donde nos encontramos, está marcado.
A veces nos empeñamos en elegir un camino, tomando decisiones que crees que te llevarán donde quieres estar mañana. Bien sea porque “es lo que hay que hacer” o simplemente por mera cabezonería. Intentas abrir la misma puerta una y mi veces. Incansable, convencido. A pesar de tropezar, insistes. Cambias de ángulo, incrementas la fuerza y pateas con firmeza y toda la mala leche que llevas acumulada. No eres capaz de ver que la puerta te está diciendo: Espabila! Que por aquí no es! Búscate otra puerta!
Afortunadamente, y aunque no seas consciente, la vida, las nubes o la suerte acabaran llevándote hacia donde debes estar, a TU sitio, your place to be. Puede que sea de forma sutil o, y más probablemente, a golpe de lecciones y algún que otro resbalón golpecitos soportables, nada serio. Pero confío en, que aunque sea tarde, despeinado, y a punto de querer tirar la toalla, acabarás llegando a ese terreno que los astros han decidido que es el ideal para ti. De repente te darás cuenta de que las cosas fluyen, sin puertas guerreras. Y de que todo, con sus subidas y bajadas, ha merecido la pena. Después de la montaña rusa infernal, eres capaz de mantenerte arriba. La vida encaja, funciona. La suerte o el estar en el momento adecuado en el sitio adecuado, se convierte en tu aliada. Por muy esquiva que haya querido ser en un pasado, ahora está de tu lado.
Así, hace casi seis años, una tarde relajada de verano, ellas patinaban bajo el sol. Como cada vez que pasaban tiempo separadas, los primeros días de reencuentro hermanil las conversaciones eran intensas e imposibles de seguir para el resto de los mortales. Torbellinos de palabras y suspiros sin orden ni concierto. Con ansia, impaciencia. De entre esas tropemil opiniones e ideas, algunas valientes y otras más sensatas, acabaron decidiendo que tenían que sacarle partido al increíble patio de la casa del pueblito bueno. ¿Y como sacar partido a la vida? ¡Celebrándola! Conclusión: hacer una superfiesta, tematizada hasta el infinito y a la que era obligatorio venir disfrazado. Fue un rotundo éxito y el principio de la best tradición Gómez veraniega ever de la cual ya van cinco ediciones ¡y lo que te rondaré,morena! Porque si bien es cierto que el día en sí lo disfrutan como enanas y no por su mini tamaño precisamente, se dieron cuenta de que empezaban a ser felices desde el instante que sus inquietos cerebros empezaban a maquinar. Y la experiencia acababa siendo ya lo puto mas, cuando recibían el feedback post-party lleno de amor de todos los invitados.
Y todo este rollo, para contar, como ha sido nuestro experiencia y nuestro principio. El primer pequeño gran paso, tras el que vinieron muchos más. Pasamos a diseñar cada cumpleaños, boda, bautizo o sarao que se celebrara a nuestro alrededor. Decoración, papelería, repostería…no dejábamos ninguna pieza por tocar. Y así, sin prisa, la vida nos ha ido llevando hasta donde nos encontramos ahora. Esas carreras, esos futuros que creíamos nuestros, se fueron esfumando. Así que, creamos otros nuevos. Proyectos y mogollón de aventuras que afrontamos con respeto, pero con ese punto de descaro que esperamos no perder nunca. Porque el viento nos ha traído hasta aquí. Y ya huele a verano… ¡Bienvenidos a Suspiratie!
PD: Gracias infinitas a todos los que nos habéis seguido el rollo durante todos estos años. Acompañándonos en nuestras locuras, disfrutando de cada celebración como si no hubiera un mañana y confiando en nosotras. Sin dudas, sin presiones, sin nervios. Ya sabéis, todo esto sin vosotros, no hubiera sido posible.
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